6.10.17

Papá casi nos sorprende


Desde aquel día en el que estuve con Mauro él buscaba cualquier excusa para venir a mi casa, claro era sencillo porque mis padres trabajaban casi todo el día y por ende estaba solo prácticamente todos los días.

Esa tarde fue como cualquier otra, me envió un mensaje de texto "¿nos vemos?" y tal cual como siempre que estaba sólo respondí afirmativamente. A los pocos minutos ya estaba en mi casa. Típico en Mauro comenzar a besarme desde que le abría la puerta de mi casa hasta mi habitación.

Nos quitamos la ropa, cada quien en lo suyo. Una vez desnudos nos lanzamos sobre el otro para empezar a comernos a besos, a Mauro era algo que le encantaba podíamos tardar minutos solo besándonos. Tal como era costumbre el empezaba a manosear mi cuerpo, siempre era él el que dirigía el acto.

Se acostó en mi cama con ambas manos detrás de su cabeza mirándome fijamente "ya sabes que hacer" en cuestión de segundos estaba yo entre sus piernas mamando su verga. Después de varios encuentros le había agarrado el ritmo que le gustaba, sabía a la perfección como hacer que sus gemidos se hicieran cada vez más fuertes e inclusive me había acostumbrado al amargor tan particular de su miembro.

Mauro se ponía tenso y abría sus piernas para que pudiera tragármelo entero, aunque para ser sincero no era muy complicado debido a que no era muy grande que se diga. Me detiene y hace señas para que ahora sea yo quien me ponga cómodo para mamármelo.

Mientras me mamaba el güevo Mauro acariciaba la entrada de mi ano, las pocas veces que lo había hecho con él me resultaba bastante incomodo, se escupía los dedos para intentar abrirse camino dentro de mi, a pesar de que mi cuerpo notablemente rechazaba sus intentos.

Después de pocos minutos se cansó de hacerme oral y me pide que me volteé, hice caso sin decir nada, Mauro se puso un condón y aplico abundante saliva en mi culo para lubricarlo, la inexperiencia de nuestra edad lo hacia toda una travesía, dolorosa más que placentera. Pero después de varios intentos lo tenía dentro.

Yo sudaba, era obvio que no lo estaba disfrutando pero ya teniéndolo dentro era imposible pararlo Mauro ya se empezaba a mover sin piedad mientras su güevo se abría paso dentro de mi. Así estuvimos un rato hasta que escuchamos un ruido ¡maldita sea, llegó mi papá!.

Como pude me puse la ropa en cuestión de segundos y salí a la sala agitado a saludar a mi papá, para hacer tiempo de que Mauro se vistiera. Mi papá obviamente notó algo raro y pasó a la habitación y vio a Mauro sentado en la computadora quién le sonríe y lo saluda como si nada.

Esta vez nos salvamos, sin embargo no es el final de está historia... Continuará


Fotografía: dadacoshop
Instagram:dlsofdouglas
Instagram  (personal)DlsDouglas

5 Dirty Little Secrets of Douglas Echenique: Papá casi nos sorprende Desde aquel día en el que estuve con Mauro él buscaba cualquier excusa para venir a mi casa, claro era sencillo porque mis padres traba...

No hay comentarios:

Publicar un comentario

< >